jueves, 21 de diciembre de 2017

De regalos y de mascotas

Estoy escribiendo este post sin ponerle un título aún.

No me considero un Grinch, pero simplemente no celebro la navidad como otros lo hacen. No le encuentro emoción porqué, desde niño, nunca lo celebramos en mi familia, aunque si me gustaba recibir uno que otro regalo. Regalos; hace ya tiempo que no recibo algo que me emocionara tan gratamente. El día de ayer una amiga me hizo llegar algo que me dejo así: 

o.O !
:O 

Los que me conocen saben el gusto excesivo que tengo sobre la saga de Dragon Ball (incluso tengo un tatuaje de una esfera del dragón en la muñeca derecha). Obviamente el regalo tiene que ver con eso; me mandaron un pequeño cuadro de todas las transformaciones que ha tenido Gokú en las diferentes sagas (a excepción de la GT, que no fue idea original de Akira Toriyama). Solo puedo decir que me siento infinitamente en deuda con mi amiga por ese regalo.


Para hacer regalos hay que tener una pizca de sensibilidad y empatía con la gente para lograr identificar, en el tiempo que tienes de conocerl@s, que es lo que definitivamente le va a gustar. Y para eso se necesita aprender a escuchar atentamente, no para pasar el rato. Con esto de las fiestas seguramente muchos estarán buscando que obsequiar a la gente que aprecia, así que vamos a darnos el tiempo y seamos un poco empáticos.

En Noche Buena no solo se hará la entrega de los regalos, si no también se empezará con los pirotécnicos; seamos conscientes con los pequeños compañeros que algunos tienen en casa: sí, me refiero a las mascotas. Por favor, busquen alguna manera de hacerles menos tormentoso esos minutos. 

Me gustaría poder tener un gato pero en el lugar donde estoy no me permiten tener mascotas. Los perros me gustan más pero, siendo objetivos, los felinos son mas independientes y menos sucios. Desde muy pequeño siempre he tenido mascotas en casa, puedo recordar el nombre de todos aún: Oso, Pretty, Dulce, Panda y por último, quién aún vive y está con mi tía, Lupo.

Lupo es un dálmata que ya tiene más de 10 años, pero aún corre y se escapa como si tuviera 1. Con él desarrollé un sentido de responsabilidad increíble, me agarró en la etapa de transformación de "joven" a "joven asumiendo madurez". A pesar de que ya no vivo con el y de no ser mi perro soy el que me hago responsable de todo lo que necesita para que esté bien: llevarlo al veterinario, comprarle su comida, visitarlo siempre. Soy como su padre que se separó de alguna madre, ja. Aprendí a no engreírlo, porque eso está mal, las mascotas no deben ser humanizadas. 

Siempre escuché que los animales tienen una sensibilidad bien desarrollada, que son bastante empáticos y que son los mejores amigos del hombre; pues con Lupo me di cuenta de aquello. Recuerdo cuando no estaba pasando por buenos momentos en mi vida, yo aparentaba estar bien pero por dentro sentía que el mundo se me venía encima. Nunca nadie lo notó, solo Lupo, que todo ese tiempo tenía una mirada compasiva y de apoyo hacia mí, se recostaba sobre mis piernas y me daba consuelo. Grande Lupo, tu y los tuyos se merecen un super like.


Y ya le puse el título al post.

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